martes, 13 de marzo de 2012

Un día y todos para las mujeres.


Días después del Día Internacional de la Mujer, me doy tiempo para sentarme a escribir la reflexión; sí, ya pasó el día, pero el sentimiento no.

Rescato el muy mentado “a la mujer debería celebrársele todos los días” pero no se hace. Por eso necesitamos recordatorios calendarizados. Con un día para la mujer no se hace menos a nadie. Es el colmo que con el pretexto de considerarlo un día más víctima de la mercadotecnia y el consumismo, algunos lo menosprecien.

Me aterroricé al escuchar a una dama decir: “¿Día de la mujer? Como si fuéramos monos…” ¿Hum? Pues no, no somos monos y tenemos nuestro día, ¿para qué? Para reconocernos y recordarnos que todavía hay mucho por hacer para ellas (nosotras).

Es triste pensar que seguimos en ese punto, en el que cuesta trabajo agradecer, y más allá de agradecer, aprender a recibir reconocimientos y halagos; y más importante aún auto reconocernos y amarnos.

Yo sí lo acepto y reconozco, he tenido mucha madre y abuelas, maestras, amigas, mujeres que han marcado mi vida de una manera positiva y con cariño; todas ellas se merecen felicitaciones diario.

Pues bueno, encuentro entonces en el Día Internacional de la Mujer una oportunidad para que de una vez por todas las mujeres dejen de hacerse menos, ellas mismas primero y atiendan a los reconocimientos con la responsabilidad y el merecimiento que nos caracteriza, sin hacer menos a nadie y haciendo lo que mejor sabemos hacer. Amar y ser amadas, que este mundo nos necesita.  *

La pasión es el motor: http://www.ted.com/talks/isabel_allende_tells_tales_of_passion.html