jueves, 10 de octubre de 2013

Distante

Me volví brazo distante
busco alguien que me quiera
la ceguera del corazón

No me extraña que te quiera
Hasta cuándo?
Hasta dónde?

Quiero abrazarte y mi brazo no responde
busco alguien que me quiera
Quieres alguien que te llore

Seguro tiene algo que me puede lastimar
y busco otra forma de poderme acercar
Me volví brazo distante

martes, 2 de abril de 2013

¿Cómo te explico?


“No es lo que dices, sino, cómo lo dices…” espera un minuto, esa frase era muy femenina, y ahora los varones van por ahí diciéndola para sacarnos de onda y usar nuestras armas a su favor.

La realidad es que las mujeres hemos invadido ciertos terrenos en los que predominaban los hombres, y ahora las mujeres tienen éxito en actividades como conductoras de taxis y levantamiento de pesas. A partir de ahí creo que ahora los hombres han tenido que desarrollar más técnicas propias del género femenino para sobrevivir, tales como el berrinche y el chantaje. Solo les falta ir al baño en grupo...

Y no es que unos terrenos sean de ellos y otros de ellas, este mundo es de todos y para todos hay, el arte de convivir es interesante pues sí somos diferentes, únicos e irrepetibles cada uno.

Lo maravilloso de todo esto es que somos fascinantes y sobre todo en pareja. “No hay nada más erótico que una buena conversación” leí por ahí y qué tal cuando, sobretodo en pareja, nos cuesta trabajo comunicarnos…

Nacimos humanos con el reclamo y los prejuicios en la mano, he ahí el verdadero castigo de algún pecado “original” o “copia” cometido. Entonces asumimos cosas y creemos que conocemos tanto a nuestra “media naranja” o “cebollita para llorar” (diría mi mamá), que somos expertazos en cómo va a reaccionar y qué va a decir, y entonces nos bloqueamos y no hablamos y mucho menos escuchamos.

Esta vida es tan corta o tan larga según nosotros mismos nos la diseñamos y la elección es pasarla bien o mal. La verdad es que es más fácil ser felices, pero a los seres humanos nos gustan los retos y complicarnos, y eso también puede ser divertido. Disfrutar todos los sentimientos y no dejarnos sobrepasar por ellos es lo más sano. Lo ideal es agradecer y sonreír, por ahí podemos empezar.