martes, 18 de enero de 2011

DIÁLOGOS ENTRE EL CORAZÓN Y EL CEREBRO II

PARTE II


Cerebro: -Pero, ya has pasado por esto ¿De verdad quieres caer otra vez?

Corazón: -Claro, cada vez que sea posible.

Cerebro: -¡No sabes lo que estas diciendo!

Corazón: -¿Acaso te ha poseído el miedo?

Cerebro: -Miedo, ¿miedo yo? ¡Es precaución! Solo te estoy defendiendo.

Corazón: -No te alteraría tanto si no fuera verdad. Yo no he pedido que me defiendan. Te estas poniendo muy emocional.

Cerebro: -Y tú, no eres bueno para recordar pero yo sí. Nada se ve claramente, se siente uno a morir.

Corazón: -Pero también todo lo que se escucha es muy positivo y huele bien.

Cerebro: -¿Qué, no has aprendido nada?

Corazón: -Eres tú el que no ha aprendido nada. No recuerdas lo feliz que te sentías y lo saludable que estabas.

Cerebro: -¿Y cuándo todo se acaba?

Corazón: - Ahí entras tú para aprender y hacerlo cada vez mejor.

Cerebro: -No me convences.

Corazón: -No estoy tratando de convencerte, tú tomaras muchas decisiones pero lo del enamoramiento lo decido yo.

martes, 11 de enero de 2011

Deseando salud, dinero y amor

    Los deseos más recurrentes: salud, dinero y amor. Estoy asombrada ante la variedad y cantidad de calzones rojos y amarillos en venta por todos lados. ¿Y cómo no? si se supone que estos tres deseos en conjunto nos llevan a alcanzar: ¡la dicha y felicidad! Sí, a mí también me regalaron unos… muy lindos por cierto.
Imaginemos un escenario en el que tenemos dinero y amor, y no tenemos salud.  Pues con el dinero nos pagamos la salud; hasta dónde sea posible.
¿Y si hay salud, amor y no hay dinero?; se dice popularmente que “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
Luego entonces nos quedamos sin amor y tenemos salud y dinero. Muchas veces se confunde con una relación de negocios, en realidad el amor no se puede comprar.
¿Cuál de los 3 será más difícil de encontrar y más fácil de conservar?
Para la salud tenemos la fórmula secreta de llevar buenos hábitos alimenticios y de ejercicio.
Para el dinero, dicen que trabajando mucho y ahorrando. Yo agregaría: tener presente constantemente que el dinero no es un fin, es el medio para alcanzar un fin. De otra manera puede resultar muy frustrante tenerlo y no saber para qué; o perderse las cosas maravillosas gratis de la vida por buscarlo acérrimamente y venerarlo. Si no hay un propósito para el dinero, entonces ¿para qué tenerlo?
El amor… es tema diario, lo que más se sale de control. Yo preguntaría ¿qué es lo que más debe importar de una persona?, ¿lo que tiene, cómo piensa, o sus sentimientos? Si importa lo que tiene o como piensa, genial porque por ambas cosas se puede negociar una compra; volvemos a lo mismo, el dinero no es amor. ¿Y si lo que importa son los sentimientos? Entonces el resultado será respeto, empatía y la consideración hacia la otra persona. He aquí la distinción, nada más y nada menos, de cuando “el amor es la excusa moral del deseo”. A

martes, 4 de enero de 2011

COLECCIONANDO SONRISAS


Reflexionando sobre los apegos desordenados, decido coleccionar algo. Pero yo no soy de las personas que atesoran cosas, me estorban los excesos de peluches, hojas, adornos, cables, las cosas rotas y lo que guardapolvo.

Pensé en coleccionar corazones, hay de muchos tipos y muy variados, gordos, chicos, usados, gastados, llenos, vacíos, sanos, estropeados, confundidos y sinceros. Pero los corazones de otros no me pertenecen, y es como un deporte extremo,  para atraerlos es necesario exponer el mío, y eso no me parece tan atractivo. Decido pensar en otra cosa.

 Recuerdo, cuando era pequeña, para evitar el dolor de una inyección por ejemplo,  mi mamá me decía: “piensa en cosas bonitas, en cosas que te gusten”, inmediatamente me imaginaba unos columpios de colores y un helado gigante de fresa; o mejor aún, yo meciéndome en los columpios, comiendo un helado enorme con varios pisos de sabores. Me evocaban una sonrisa que se desvanecía al sentir el piquete. Son cosas que sinceramente me siguen gustando pero ya no son mis favoritas. Hay en esta vida cosas no tan extrañas que no me gustan, como el arroz con leche, lo único rescatable de ese platillo es la canela, a la cual amo. La muy común y saludable miel de abeja, no la puedo ni oler pues me asquea; ¿los motivos? no me detendré a contarlos en esta ocasión.  También me molesta sobremanera el desperdicio, la falta de cultura cívica de la gente y la falta de respeto. Pero esas cosas no se coleccionan.
Al final delibero sobre algo que me pueda gustar toda la vida y ¿por qué no? que también aleje el dolor. Rápidamente me ha venido a la mente el recuerdo de miles de sonrisas que he presenciado, disfrutado. De muchas no recuerdo los motivos ni por qué surgieron, pero recuerdo el sonido, la imagen, las arrugas que forman, qué tan dulces o escandalosas, que tan sinceras o fingidas, amables, discretas, forzadas, tristes, curiosas, traviesas. En fin, hay tantas y tan interesantes. En cualquier momento recurro a ellas. Me enriquecen, me hacen la vida. ¡Vaya que me puede gustar una persona solamente por su sonrisa!.

Ahora todas y cada una, forman parte de la colección más importante que tengo en la vida. J

Otras cosas que me gustan: http://www.youtube.com/watch?v=zdYyrxOZRFE