martes, 28 de diciembre de 2010

Gracias a lo que ha dejado el año.

Heme aquí al final del año, tirando cosas que no sirven, vaciando papeleras de reciclaje, escombrando, y también recordando.

Este año hice lo disfruté mucho, hice muchas cosas, cambié un par de veces de código postal y por ende de número de celular. Un par de propósitos no los cumplí, pero solo un par, las prioridades cambian. Igual de importante son las cosas que no hice porque no quise.

Conocí a muchas personas interesantes, desde creyentes recalcitrantes hasta agnósticos empedernidos y desde luego con muy variados gustos y fascinantes diferencias; artistas, políticos, deportistas, etc. En común, encuentro orgullosamente, que la mayoría, les guste o no lo que hacen, son personas muy trabajadoras e interesadas de alguna u otra manera por el país. Me divertí mucho; sufrí estrés como nunca antes, aun así, no enfermé; excepto el día de mi cumpleaños, no podía salir del baño, mientras los demás disfrutaban la fiesta, me golpeó la idea de que se me acaban los veintes... Me enamoré de mis actividades, de mi vida y de la Ciudad de México, me encantada en verdad.

En “el balance” lo más importante son las personas que forman parte de mi vida, a las que ya conocía y se consolidaron más, a las que conocí, a las que no frecuento más, a las que se fueron; todas significan en mi vida, todos y cada uno me han dejado recuerdos muy lindos. Y lo que menos olvido son aquellos han sido agradecidos conmigo. Por eso, cultivo el agradecimiento también de la existencia de todos los que han enriquecido mi vida, les agradezco mucho todo lo vivido.

A todos por medio del universo, les mando abrazos cariñosos, bendiciones y los mejores deseos. Viviendo el presente con el aprovechamiento de lo que se ha vivido, para que, si hay mañana, sea cada vez mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario