martes, 26 de abril de 2011

Boleto de ida por favor


   Esa sensación de percibir todo un entorno diferente, respirar aromas nuevos, saborear lo antes no conocido, se llenan todos los niveles de los sentidos, se siente bien. Logramos apreciar la magnificencia del mundo, somos tan pequeños y el universo tan inmenso, y dentro de este mundo podemos ir y venir y lograr tantas cosas, tenemos reacciones inesperadas ante situaciones nuevas, que no imaginamos antes. Experiencias que por más dificultades presenten, resultan sumamente enriquecedoras. Parecido al amor, quizá parecido al sexo. Es lo que nos provoca el viajar.

Después de un viaje, no somos los mismos, nos llenamos de mundo, respetamos y toleramos más, adquirimos perspectiva, autoestima, y confianza. Entender que somos parte del todo y que todo es prestado para disfrutarlo.

Desconectarse de la cotidianeidad y experimentar de qué somos capaces. Dejamos atrás nuestras cosas y actividades y muchas veces no queremos regresar.

Un viaje se recuerda con una sonrisa, aunque sea melancólica pero sonrisa. Todo esto espero de los que viajamos, se hace adicción. Y los que están renuentes a viajar, seguro es porque no lo han hecho antes. Depende de nosotros el espacio y circunstancia, al final no importa que tan lejos o cerca, lo importante es ir, experimentar y renovarnos. Pega en el refrigerador un recorte del lugar a dónde quieras ir y vuela cada vez que puedas.

“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”
Lao-tsé (570 aC-490 aC) Filósofo chino.

1 comentario:

  1. Estoy tan de acuerdo, que me recuerda preparar las maletas y sino para que? jotace

    ResponderEliminar